Alexia Aurrecochea y Avril Kanas se conocieron por un gusto en común: su amor por las matemáticas. Ese cariño por los números fue lo que las llevó a sumarse a la iniciativa de la Universidad Católica del Uruguay (UCU) en la que estudiantes preparan a liceales para las Olimpíadas de Matemática.
A ambas siempre les apasionó, también, el mundo de la ingeniería. Y decidieron decantar esa pasión en dos carreras con perfiles diferentes. Alexia tiene 18 años y es estudiante de primer año de Ingeniería en Inteligencia Artificial. Avril tiene 19, también está cursando su primer año en la UCU pero de Ingeniería en Alimentos.
Cuando les tocó hacer la prueba de nivelación de matemática –que deben realizar todos los estudiantes de Ingeniería de la Universidad– sus resultados fueron tan buenos que les llegó un correo inesperado. Desde el Departamento de Ciencias Exactas y Naturales les ofrecían la oportunidad de formar a estudiantes del liceo de la obra Misioneros Oblatos de María Inmaculada para las Olimpíadas de Matemática.
Las dos aceptaron sin dudarlo. Primero, por el desafío que les suponía enseñar a adolescentes de Ciclo Básico. Segundo, porque era sobre un tema que les encantaba. Y tercero, porque ambas conocían la dinámica porque habían participado de ediciones anteriores de las Olimpíadas de Matemática.
Avril lo resume así: “Me gusta la docencia, lo que es enseñar. Nunca había tenido la oportunidad de hacerlo, entonces pensaba que iba a ser como una primera experiencia. Disponía de tiempo y ganas y quise probar”.
Alexia agrega otros componentes a la reflexión de Avril: “Habiendo participado en el liceo de talleres de matemática me pareció súper copado poder llevarle esta oportunidad a los chicos y convencerlos de que la matemática es divertida”.
Fue así que en mayo –acompañadas por los profesores Pablo Geille y Richard Delgado, del Departamento de Ciencias Exactas y Naturales– llegaron a un salón de clases con adolescentes de entre 13 y 15 años y les plantearon la posibilidad de sumarse a la preparación para las Olimpíadas de Matemáticas, una competencia que apuesta al razonamiento lógico.
“Eran 10 chiquilines frente a un pizarrón tratando de entender matemáticas. A lo largo de este año notamos una buena disposición de los chicos por seguir aprendiendo y eso es algo que nos sorprendió. Fue una linda experiencia pode recibir ese acercamiento”, dice Avril.
Finalmente, prepararon a tres estudiantes de liceo para la competencia. Y no se imaginaban en qué iba a derivar esa preparación: uno de ellos llegó a la final. Fue la primera vez que un estudiante de los Misioneros Oblatos alcanzaba esa instancia. “El día que fuimos a contarle que había pasado a la final fue eufórico, poder acompañarlo en este proceso fue hermoso”, recuerda Avril. La emoción fue tal que quiere volver a competir el año que viene.
Para ambas, la experiencia de preparar estudiantes de liceo y acompañarlos en el proceso fue muy entusiasmante. “No hay comparación en lo enriquecedor que es por un lado enfrentarte a conocimientos que capaz te habías olvidado y a esto de ver chiquilines que pasan de tener miedo a estar totalmente orgullosos de ellos”, dice Avril. Y Alexia lo reafirma: “Es conocer más personas, relacionarse, trabajar nuevas habilidades, aprender a enseñar. Es una linda oportunidad”.
Buenas nuevas para el 2025
A partir del año que viene, la UCU será sede de la Final Nacional de Secundaria de la Olimpíada Nacional de Matemática. Esta iniciativa surge de la firma de un convenio con la Fundación Olimpíada Nacional de Matemática, que lleva adelante la iniciativa.
A su vez, se otorgarán becas del 100% y 80% a los estudiantes que el año que viene ocupen los tres primeros lugares del Nivel IV y el segundo y tercer lugar del Nivel V de la final para que realicen la carrera que quieran en la Univesidad.