Jue, 17 06 2021

Dos lecciones del mejor líder del que nunca has oído antes

Chris Lowney (EE.UU), Vice Chair en el Board of CommonSpirit Health; autor de libros sobre liderazgo, espiritualidad y toma de decisiones. Actualmente cuenta con una columna mensual en la revista Forbes.

Publicación original en Forbes - Mayo 2021

Si deseas convertirte en el mejor líder de tu época, simplemente lidera como lo hizo Filopemén.

¿Nunca has oído de él? Yo tampoco hasta que tuve un encuentro muy extraño en el Museo del Prado en Madrid. Más tarde me enteré de sus fantásticas cualidades de gestión (y en el camino, descubrí un episodio bastante sangriento)

Antes que nada, una breve reseña sobre Filopemén (fallecido en el año 183 a.C.): este extraordinario general fue elegido ocho veces para liderar el ejército de la Liga Aquea, una alianza de ciudades estado griegas. ¿Ocho veces? Bueno, estos griegos no creían en contratos a largo plazo con cómodas compensaciones al término de los mismos. Elegían a su general de más alto rango todos los años. Esto es un reconocimiento a su valor y capacidad que hacían que repetidamente volviesen a elegirlo.

Y no es de extrañar que así lo hicieran. El antiguo cronista Plutarco relata una batalla donde “sus dos muslos (los de Filopemén) fueron perforados” por una jabalina de dos puntas. ¿Ambos muslos atravesados por una misma jabalina? Hablando de mala suerte, es casi como derramarse café encima antes de una reunión con un cliente importante.

Cuando sus aprensivas tropas retrocedieron con horror al ver tan grotesca herida, el general “arrastrando sus piernas para adelante y para atrás, rompió el mango del arma a la mitad y ordenó que le sacaran cada fragmento por separado”. ¿Qué hubieses hecho tú o yo exactamente? La forma valiente en que Filopemén “resolvió sus problemas” y la “agilidad en el manejo de la situación” consiguieron reagrupar a sus tropas y así aplastar al enemigo.

Pero no nos detengamos en los hechos sangrientos. El verdadero liderazgo tiene que ver con su estilo fuera de la batalla.

Aquí tenemos un ejemplo. Cada vez que marchaba con sus tropas, Plutarco nos cuenta que “solía marchar en primer lugar al ir, pero en último lugar al volver.”

Esto se traduce así en el lugar de trabajo de hoy en día: Lidera desde el frente cuando tu equipo necesite que estés ahí, por ejemplo, cuando el camino a seguir es particularmente incierto o abrumador.

Y, por el contrario, sé un líder que sepa cuándo y cómo liderar “desde atrás”. ¿Y qué significa esto? Bueno, permite que aquellos miembros talentosos del equipo puedan tener oportunidad de ponerse a prueba y de desarrollar sus habilidades de liderazgo. Y, acompaña a tu equipo de cerca para poder percibir quién se está quedando atrás y quién necesita motivación o directivas más claras. Y, asegúrale a tu equipo que “tú cubres sus espaldas”, es decir: permanece alerta para evitar movidas políticas y otras tonterías organizacionales que puedan “tenderle una emboscada al equipo” y desestabilizarlo.

Pero la lección de liderazgo más importante del general surge de la pintura de los reconocidos maestros flamencos, Peter Paul Rubens (fallecido en 1640) y Frans Snyders (fallecido en 1657). En esta pintura, una pareja anonadada mira con asombro a un musculoso campesino que está cortando leña. Aparentemente el sirviente está ayudando a preparar un banquete, a juzgar por la fastuosa abundancia de caza y de productos que llenan el lienzo.

Quedé desconcertado al ver esa pareja tan perpleja cuando pasé por primera vez delante de la pintura en el Prado. ¿Por qué miran a un simple sirviente boquiabiertos y con tanta alarma?

“Filopemén Descubierto”, así se llama esta pintura. Aquí está la historia de fondo, parafraseada por un cronista: El general, que iba a ser homenajeado con un gran banquete, llegó temprano y lo confundieron con un sirviente porque venía sencillamente vestido. Lo mandaron a cortar leña. No se quejó indignado, sino que hizo lo que le pidieron sin quejarse y con buena disposición. La pintura refleja el momento en que los anfitriones, horrorizados, se dan cuenta que mandaron a su invitado de honor a hacer el trabajo de los sirvientes.

¿Cuál es la moraleja para los líderes de hoy? En una época en la que demasiados líderes que buscan reconocimiento trabajan en pos de la fama y el honor, el verdadero gran líder trabaja solamente en pos de cumplir con la misión encomendada. Los verdaderos líderes no se horrorizan si son confundidos con alguien común y corriente, porque estos líderes se dan cuenta que ellos son personas comunes, elegidos para realizar funciones de jefes de equipo, directores ejecutivos entre otros cargos durante un período de tiempo.

Durante su vida, Filopemén fue “amado entrañablemente”, según nos cuenta Plutarco. Y luego de su muerte, fue aclamado como “el último de los griegos”, dando a entender que ningún otro general podría despertar tanta admiración como lo hizo él.

¿Las buenas noticias para ti y para mí? A pesar de que los lugares de trabajo son sin duda muy exigentes, no necesitamos arrancarnos jabalinas de los muslos para ser reconocidos como líderes.

Por el contrario, los miembros del equipo quedarán impresionados si los lideramos desde el frente cuando sea necesario, les resguardamos las espaldas el resto del tiempo, y nos comprometemos humildemente a trabajar a su lado para cumplir con la misión.

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2021-06-17T16:58:00