Jue, 20 05 2021

En el centro de Europa

Camila Massa tiene 21 años y estudia la licenciatura en Dirección de Empresas en el Campus Punta del Este. Fue una de las estudiantes que el año pasado, pese a las limitaciones propias de la pandemia, prefirió salir al mundo y hacer un semestre de intercambio. De Punta del Este, rodeada de mar y playa, a Innsbruck, la ciudad universitaria austríaca por excelencia, enclavada en las montañas y marcada por el esquí, cuenta su experiencia

¿Por qué era tan importante y valioso irte de intercambio?

Irse de intercambio tiene un montón de aspectos positivos. No solo te abre la mente por hacerte salir al mundo, sino que te abre muchísimas puertas. Especialmente, te hace conocer perspectivas y generar un intercambio cultural espectacular mientras que, además, vas generando contactos para toda la vida. También te ayuda a ser independiente, a experimentar, viajar, aceptar desafíos y, sobre todo, conocerse a sí mismo.

Además tuviste la posibilidad de postularte a una beca para financiar tu intercambio.

Sí, una vez que quedé seleccionada por los convenios bilaterales de Asuntos Internacionales de la UCU, tuve la oportunidad de aplicar a una beca para poder financiar mis estudios en el extranjero. Dos meses antes de empezar mi viaje, me llegó el tan esperado mail felicitándome por ser una de las ganadoras de la Beca Ernst Mach, financiada por el Ministerio de Educación, Ciencia e Investigación Austriaco en conjunto con la Agencia de Cooperación Internacional y Movilidad.

¿Qué materias tomaste en el Management Center Innsbruck?

Elegí hacer mi intercambio en el semestre en el que corresponde cursar los créditos de libre configuración, por este motivo tuve bastante flexibilidad para elegir las materias. Traté de armar mis horarios para que me quedaran cómodos y poder disfrutar al máximo la experiencia universitaria, a la vez que conocer los alrededores de Innsbruck.

Hice materias en inglés relacionadas con casi todas las ramas de administración, finanzas, marketing, recursos humanos, y también aproveché a cursar el nivel básico de alemán para poder manejarme en el día a día en Austria.

¿Cuáles fueron tus primeras impresiones y cómo era un día típico tuyo allá?

Al vivir y estudiar en Punta del Este, siempre estuve en un círculo pequeño, con una vida tranquila en la ciudad. Cuando elegí Innsbruck sentí que iba a una ciudad relativamente chica, aunque, si bien es verdad, me sorprendió con el ritmo de vida tan activo que tenía.

Es una ciudad muy céntrica en Europa, van miles de estudiantes de todos los países no solo a hacer un semestre de intercambio, sino que a hacer la carrera o el master completo.

En un día típico hay que saber que la gente es muy activa y, al tener tantas montañas alrededor, se presta a hacer muchísimo deporte. Durante los primeros días tenía bastante clase, entonces cuando salía aprovechaba a caminar por el río o pasear por algún lugar turístico de la ciudad. Cuando empezó el invierno, a finales de octubre, llegó la temporada de esquí, entonces solía pasar el día entero en la montaña, y a la tarde aprovechaba para estudiar.

¿Qué te llevaste de Uruguay para no extrañar?

Una semana antes de irme mi familia me regaló un montón de fotos impresas para que las colgara en mi cuarto. No solo me ayudó a siempre recordarlos, sino que también a personalizar un poco la habitación donde iba a vivir por seis meses.

Por otro lado, indudablemente, me llevé el mate, termo y la yerba. Tuve que aprender a racionar la yerba para todo el semestre, pero siempre era algo que me acompañaba durante las clases online o algún paseo por la tarde.

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2021-05-20T23:40:00