Marzo de 2020. El gobierno uruguayo decreta la emergencia sanitaria y, con ella, la suspensión de clases. La virtualidad se impone sobre la presencialidad –que queda en el olvido durante varios meses- y de inmediato surge la interrogante: ¿Qué nos sostiene cuando parece que la esencia del espacio educativo desaparece?
Hace un tiempo, Isabel Achard y Analí Baráibar, profesoras e investigadoras del Departamento de Educación de la Universidad Católica del Uruguay (UCU), se hicieron esa pregunta -junto a un grupo de trabajo integrado por Camila Gottlieb, Martín Pérez Pollero, Paola Marenco, Virginia Sanguinetti y Sofía Veloz-, y la trasformaron en una oportunidad. La experimentación en Educación no es sencilla por lo que las acciones que debieron tomarse por la pandemia en materia educativa eran un experimento obligado.
Fue así que resolvieron realizar una investigación sobre el liderazgo pedagógico en contexto de pandemia. “El liderazgo pedagógico es la competencia que se tiene dentro de un centro educativo para guiarlo, conducirlo, gestionarlo, tomar decisiones, que tengan como foco central los aprendizajes de los estudiantes”, explicó Achard.
El proyecto de investigación “Liderazgo pedagógico en contexto de pandemia: percepciones y proyecciones de los directores y docentes de los liceos católicos uruguayos” se enfocó en “visibilizar y sistematizar los procesos de gestión pedagógica implementados en los liceos católicos del Uruguay, concretamente en el nivel de Ciclo Básico” a partir de la emergencia sanitaria por COVID-19, tal como está descrito en el documento generado. Para eso, solicitaron información a la totalidad de centros católicos de enseñanza media del Uruguay –83 instituciones agrupadas en la Asociación Uruguaya de Educación Católica (AUDEC), de los cuales participaron 74, es decir 90%.
Según la investigación, siete de cada diez liceos participantes (72%) realizó clases virtuales asincrónicas y sincrónicas para continuar la propuesta educativa. Los tres canales más utilizados por los docentes para presentar las propuestas de trabajo a sus estudiantes fueron: las plataformas digitales en un 95%, el correo electrónico en un 62,2% de los casos y Whatsapp en un 55%.
El trabajo de investigación incluyó encuestas y entrevistas en profundidad a directores y profesores. De esas entrevistas surgió que “existieron liderazgos que se fueron despertando por la necesidad misma”. “Por ejemplo, los docentes o los adscriptos que tenían competencias digitales terminaron llevando los procesos de liderazgo compartido”, dijo Baráibar.
En seis de diez centros encuestados, se reasignaron recursos, especialmente recursos técnicos para poder cubrir la nueva situación. En un 70% de los casos no hubo nuevas contrataciones y trabajaron con el personal que tenían.
Un porcentaje muy similar (68%) utilizaba una plataforma educativa antes de la pandemia, pero este uso era limitado y sin impacto pedagógico. El 32% debió incorporar una plataforma educativa para la pandemia. De hecho, casi la totalidad de los colegios católicos que participaron en la investigación (96%) integró distintas herramientas de videoconferencia para poder mantener la propuesta educativa.
Entre sus conclusiones, la investigación destaca que “el compromiso de directivos y docentes con sus comunidades educativas logró dar continuidad a la enseñanza en tiempos tan inciertos”. Eso a base de “mucho trabajo y un esfuerzo muy importante de incorporación de mediación tecnológica y desarrollo de competencias digitales".
