Mie, 15 12 2021

Todo lo que una casa puede contar

Reunidos en el acogedor jardín de la Casa Xalambrí, las tres ponencias que conformaron el último Jueves de Patrimonio de este año 2021 sacaron a luz valiosos aspectos patrimoniales, muchos de ellos invisibilizados, que se encuentran en el sitio. Así, los asistentes vieron crecer en valor y sentido el espacio habitado a medida en que se adentraron en la historia y el contexto de una época de la que Casa Xalambrí es testimonio tangible.

La mesa redonda fue moderada por Diego Vidart, director del Instituto de Historia Arte y Patrimonio, quien hizo énfasis en la importancia de los encuentros de Jueves de Patrimonio para “hacer visible lo invisible”, premisa que ha guiado el ciclo de conferencias desde que surgió en 2015, en este caso para visibilizar, conocer y, en consecuencia, valorar y preservar Casa Xalambrí, una de las sedes de la UCU.

En primer lugar, habló Amalia Lejavitzer, coordinadora de la línea de investigación “Patrimonio cultural e identidad” desde el 2013, que en esta ocasión expuso sobre la historia de la casa que fuera vivienda de Arturo Estanislao Xalambrí. El escritor y bibliófilo uruguayo adquirió el terreno de la casa en 1941. Destinó la planta alta, por completo, a su escritorio y a la biblioteca, donde alojó su excepcional colección cervantina, integrada por más de tres mil volúmenes de libros, medallas, esculturas y otras obras de arte alusivas a El Quijote. Pero hay otros elementos de la casa que tienen su historia y su valor patrimonial, por eso Lejavitzer se detuvo en cada uno: la herrería, el jardín, las cerámicas, el patio español con sus azulejos y el escudo en terracota vidriada, del célebre escultor aragonés Pablo Serrano, que muestra al Quijote y a Sancho cabalgando por los aires sobre el Cerro de Montevideo.

Luego la arquitecta Carola Romay, magíster en intervención en el Patrimonio arquitectónico y urbano, presentó la “La arquitectura y su ornamento desde una mirada patrimonial”. Enmarcó la Casa Xalambrí en una época de transición que “levantó polvareda en la Facultad de Arquitectura”, pues en las décadas del treinta y del cuarenta del siglo XX había arquitectos que no querían abandonar los criterios clásicos mientras que otros preferían la depuración y simplificación de las formas que llegaría con lo que llamó “primera modernidad”. Se refirió a la casa como una “síntesis de adelantos tecnológicos innovadores en todo el mundo” que representa su tiempo y es un testimonio material de la historia de la arquitectura en nuestro país.

Por último, Emma Sanguinetti, crítica de arte y autora de varios libros monográficos sobre arte nacional, compartió la experiencia americana de Pablo Serrano. A su juicio, uno de los artistas españoles más importantes del siglo XX, contó sobre su vida, su obra escultórica y reivindicó su estancia en Uruguay. “Nació acá, en contacto con nuestros artistas”, afirmó Sanguinetti refiriéndose a los veinte años que el escultor vivió en el país, entre 1935 y 1955. “El Serrano que regresó a España era otro”, agregó, pues llegó como un artista centrado en los motivos religiosos, pero su “metamorfosis” dio paso a una “mente abierta” con técnicas, lenguajes y materiales diferentes. “Tenemos que reivindicar que ese cambio se dio acá, en Uruguay”, finalizó.

En su etapa uruguaya, Serrano dejó cuatro de sus obras en la Casa Xalambrí, todas ellas con Don Quijote como protagonista. Actualmente, allí se conserva el modelo preparatorio del escudo de mármol que iba adosado al frente de la casa, que hoy está perdido. Su versión en terracota, adosada a una pared del fondo del jardín donde tuvo lugar el encuentro, enmarcó una jornada que puso en valor la riqueza patrimonial, artística, arquitectónica e histórica que conserva la Casa Xalambrí.

¡Los invitamos a conocerla y nos reencontramos en los Jueves de Patrimonio del año que viene!

Nota y fotografías: Lucía González

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2021-12-15T10:57:00