La Universidad Católica del Uruguay (UCU) estrenó a fines de marzo la Cátedra UNESCO en Educación Híbrida: Innovaciones en el currículo, el aprendizaje, la evaluación y tecnologías educativas. La Cátedra apunta a apoyar a instituciones nacionales de diseño curricular para que desarrollen un currículo digital de calidad y pedagogías híbridas que empleen las tecnologías educativas. El objetivo es promover la enseñanza y el aprendizaje de calidad, así como la evaluación inclusiva.
La pandemia de COVID-19 generó la mayor crisis educativa de la historia reciente. Nueve de cada diez niñas, niños y jóvenes del mundo vieron su educación afectada. Hasta diciembre del año pasado uno de cada tres estudiantes en Latinoamérica todavía no había vuelto a clases presenciales. Por si eso fuera poco, las estrategias para educación remota e híbrida demostraron tener grandes falencias. Por ese motivo, hace poco más de un año –en abril del 2021- el decano de la Escuela de Postgrados, Renato Opertti, y la directora de la Maestría en Currículum y Aprendizaje, Camila Gottlieb, enviaron un proyecto a la UNESCO para crear la cátedra de la que hoy son co-responsables.
Lograr materializar la cátedra fue una tarea de diez meses e implicó conseguir el aval y apoyo de más de una decena de organismos nacionales e internacionales. El proyecto de cuatro años (con opción a renovación en la medida que se cumplan los objetivos) está orientado a docentes en formación y ejercicio, académicos, investigadores, hacedores de políticas públicas, estudiantes y especialistas en educación e incluye un calendario de actividades que se van desarrollando en diferentes etapas.
Camila Gottlieb explicó cómo se generó el proyecto, cuál es el alcance de la Cátedra UNESCO en Educación Híbrida y lo que implica para la UCU.
¿Cómo surge el proyecto?
El año pasado postulamos el proyecto de tener una Cátedra UNESCO. Las cátedras UNESCO son un proyecto global junto con la red UNITWIN (University Twinning and Networking Scheme). Las hay en todos los tópicos que te puedas imaginar que se alojan en universidades, pero para eso necesitan pasar por un proceso. En esa postulación nos pidieron un proyecto a cuatro años (con opción de renovación) y conseguir el aval de distintos aliados a nivel nacional. Necesitábamos también la aprobación de la Comisión Nacional de URUGUAY para UNESCO que está alojada dentro del Ministerio de Educación y Cultura.
Tenemos aliados desde organismos internacionales o multilaterales, ministerios y desde otras instituciones educativas.
¿Qué llevó a tomar la decisión de postular para la Cátedra UNESCO?
La temática. La crisis sanitaria tuvo de coletazo la crisis educativa. Uruguay es de los países en la región que tuvo el cierre de centros educativos más breve y estábamos más preparados por una infraestructura que existía desde 2007, el Plan Ceibal. Quedó más a la vista ese programa para poder dar una educación remota o hibrida cuando se fueron abriendo parcialmente los centros.El COVID-19 impactó enormemente, es la mayor crisis educativa de la historia reciente. Las estrategias para educación remota, a distancia o híbrida eran bastante pobres. Para un escenario postpandemia, la educación híbrida abre una veta importante. Pensamos que podíamos generar un proyecto sobre este tema para que haya evidencia.
¿Qué tipo de actividades lleva adelante la Cátedra?
Básicamente la Cátedra tiene tres grandes aristas. Por un lado, generar capacidades a través de programas de maestría que tenemos en la Escuela de Postgrados; podemos generar también capacitaciones a medida. Por otro lado, la investigación comparada y aplicada para ver qué funcionó, pero sobre todo qué no funcionó, cómo poder mejorar en ese sentido. Y, por último, como una parte que se desprende de esos dos puntos: el apoyo en generar reportes para una política basada en evidencia; por eso también fue importante el apoyo y la alianza con organismos y ministerios de Educación.?
¿El proyecto lo idearon pensando en postular a la Cátedra UNESCO o una vez que lo armaron decidieron presentarlo?
Fue un poco de las dos cosas a la vez. Vimos que el paraguas de Cátedra UNESCO nos iba a posicionar en un punto de colaboración con otras universidades, con ministerios de Educación, con oficinas que trabajan en esto, para repensar y reimaginar la educación a partir de las estrategias híbridas, que puede ser una pista para la educación del futuro. Porque la educación híbrida no es solo un zoom o tirar un PDF a una plataforma o tener conexión a internet. Va mucho más allá de eso. La educación híbrida tampoco es necesariamente lo que vimos en la pandemia. Surgieron innovaciones espectaculares para profundizar, pero en una situación de emergencia. Ahora en este escenario postpandemia es que podemos ponernos a analizar, a estudiar lo que funcionó y lo que no.
¿Qué le aporta la Cátedra UNESCO a la UCU?
El hecho de poder colaborar con muchas universidades. No solamente las que alojan cátedras UNESCO sino en general, porque parte del proyecto implica un intercambio académico de estudiantes y de profesores que en estos cuatro años se va a dar. Aporta riqueza y esa cuestión internacional que todas las universidades necesitan y en la que la UCU está trabajando muy fuertemente. Da como esa puerta de estar de primera mano vinculado con otras organizaciones a nivel internacional.