Intercambio Estudiantil: el deseo de desafiarse a uno mismo

Intercambio Estudiantil: el deseo de desafiarse a uno mismo

Miércoles, noviembre 27, 2013

Para Agustina y Florencia, estudiantes de Sociología, la experiencia de Intercambio representó un desafío en diferentes niveles

Son muchos los motivos que pueden llevar a realizar un intercambio académico, pero en general poco tienen que ver con la formación propiamente, sino que responden a una necesidad de salir del ámbito de lo conocido. Quienes buscan estudiar en el exterior se ven motivados por un deseo de desafiarse a sí mismos, de enfrentarse a sus propias limitaciones y tratar de superarlas en un contexto desconocido. 

Lo importante es saber qué es lo que uno espera de la experiencia para poder seleccionar el programa que mejor se adecúa a esos intereses. A la hora de seleccionar a dónde postular para un intercambio no solo importa el país de destino, sino también el idioma que se hable, la universidad, la ciudad e incluso el tipo de alojamiento. Pero, más allá del destino que se elija, hay ciertas experiencias que siempre se viven. En lo académico, más allá del nivel de exigencia, siempre es un desafío integrarse a una comunidad educativa nueva. Lo más importante es reconocer que es uno quien tiene que adaptarse a esta nueva realidad. En lo personal, durante el intercambio todo se vive con una intensidad mayor a lo habitual. Cada problema representa una situación compleja a enfrentar solo, pero al superarlo la gratificación es mucho mayor. Otra cuestión común a cualquier intercambio es la importancia que tienen las personas con las que se comparte la experiencia. A cualquier lugar que uno vaya siempre va a contar con personas con quienes compartir, pero encontrarlas implica tener la mente abierta y ser receptivo a los demás. 

Así como el viaje no empieza cuando uno se va, tampoco termina cuando uno vuelve. Las experiencias, los amigos y los aprendizajes quedan, y en especial las ganas de seguir viajando. Ciertamente, la vuelta es igual de desafiante que la partida: volver a adaptarse con todos los cambios y aprendizajes que uno ha adquirido a la distancia no es tarea fácil. Las cosas cambian y, más importante aún, uno cambia, y al regresar uno tiene que volver a encontrar su lugar. 

A pesar de haber realizado el intercambio en distintos países, ambas coincidimos en los aprendizajes más importantes. A nivel académico uno aprende, a nivel personal uno se enriquece. No solo del lugar en el que se está, sino también de las personas con las que comparte. Al mismo tiempo, el cambio de entorno genera que uno sea capaz de reconocer como uno es, más allá del lugar donde esté. En última instancia, el aprendizaje más importante fue perder el miedo a salir de la zona de confort . A fin de cuentas, sacar lo mejor de la experiencia depende de uno mismo. 

Texto escrito por Agustina Harriague y Florencia Aguirre

Florencia Aguirre en Nueva York, ciudad que visitó mientras se encontraba de Intercambio en el Hendrix College.
Florencia, realizó Intercambio Estudiantil durante el último semestre de su carrera en Sociología, durante el segundo semestre de 2012, a través del Programa ISEP.

Agustina Harriague
Estudiante de la carrera en Sociología, realizó Intercambio Estudiantil en la Universidad de Murcia (España) en el segundo semestre de 2012, a través del Programa ILA. 

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