“La educación es la prevención por excelencia”
“La educación es la prevención por excelencia”
#historiasUCU
Luis Arocha es estudiante de la Maestría en Educación y director del Centro Educativo Providencia
Luis Arocha es Psicólogo de formación “de base” pero a lo largo de su carrera su perfil se volcó hacia la educación. Su gusto por la educación apareció hace unos 12 años cuando comenzó a trabajar como voluntario en el Centro Educativo Providencia, en el barrio Casabó. Pero también hay una anécdota que lo marcó sustancialmente y que reforzó su idea de que la educación es el camino para prevenir situaciones de vulnerabilidad social. Mientras realizaba una pasantía como Psicólogo en el Hospital de Clínicas atendió a un hombre mayor en una situación de abandono y gran vulnerabilidad. En ese momento Luis pensó: “me hubiera gustado trabajar con ese señor cuando tenía 5, 6, 7, 8 años en lo preventivo, en lo que tiene que ver con salud física, mental, pero también en relación a las oportunidades, muchas oportunidades que no se le abrieron y que tienen que ver con sus capacidades, competencias y habilidades que se podrían haber desarrollado desde el sistema educativo”.
Para Luis la educación es la herramienta de prevención por excelencia en situaciones de vulnerabilidad, y ese es el enfoque que tiene Providencia para los niños, adolescentes y sus familias de la zona.
Su primer vínculo con Providencia fue como voluntario en 2005, luego como educador, coordinador del Centro Juvenil y desde 2012 como director de todo el Centro Educativo, que incluye un Club de Niños, el liceo (ciclo básico) y el Programa Continuidad (seguimiento a adolescentes para que finalicen segundo ciclo); en breve se sumarán dos nuevos proyectos: una casa comunitaria para niños de entre 45 días y 2 años y un Caif. Hoy en día en Providencia trabajan unas 63 personas y hay unos 37 voluntarios. La organización atiende a unos 340 niños, niñas y adolescentes.
Actualmente Luis realiza la tesis para finalizar la Maestría en Educación – Énfasis en Gestión de Centros Educativos, en donde se ha nutrido de muchas herramientas para gestionar su trabajo en el día a día, que consiste en “tener la pata, la mirada, el oído en todo Providencia en general”.
“Mi formación de base como psicólogo es generalista. Normalmente los psicólogos cuando se meten en educación es para ser el psicólogo de un centro educativo, o para hacer psicodiagnósticos de la mano del centro educativo, y a mí lo que me interesaba y lo que me pedía Providencia era volcarme a la gestión. Entonces el diploma primero, el postgrado luego y la maestría después, fueron una oportunidad de adquirir, de manera sistemática, académica y científica, muchas herramientas que yo no tenía”.
A modo de ejemplo, Luis mencionó que “todo lo que tiene que ver con la evaluación educativa, la orientación y el desarrollo docente, los procesos de innovación, el rol de dirección, la gestión administrativa, esto para mí fue todo nuevo”. Además, destacó el hecho de haber compartido las clases con compañeros que en su mayoría eran docentes, lo que le brindó perspectivas muy enriquecedoras.
Su trabajo en Providencia consiste en liderar la planificación anual de centro, acompañar los procesos de los programas educativos, mantener reuniones con los coordinadores de los distintos proyectos y las familias, abocarse a tareas de gestión y administración y también hacerse un tiempo para estar en contacto con los niños y adolescentes: coordina un espacio semanal de catequesis en el Club de Niños y da una materia en el liceo vinculada a convivencia y la participación. “Entonces con los chiquilines tengo un contacto semanal como educador y con los coordinadores me vinculo semanalmente. Y luego coordino toda el área psicosocial, entonces me junto con psicólogos y trabajadores sociales para diseñar e implementar las intervenciones ante situaciones que involucren vulneración de derechos, situaciones medio bravas y después todo el trabajo preventivo y promocional que se realiza con familias”.
Justamente el trabajo con las familias es lo que más le gusta: “ya de pique cuando recibís a la familia y al chiquilín, vienen con una cantidad de expectativas y sueños”. Luis sostuvo que disfruta mucho ese acompañamiento y generar un vínculo de confianza con la familia, “eso de ir trabajando adulto con adulto en pos del chiquilín, eso es lo que me gusta”.
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